No es tanto el frío que hace como el que siento, es esa extraña sensación que en ocasiones sin saber exactamente por qué, se incrusta en la piel sin posibilidad alguna de desecharla.


-El mundo parece haberse parado y tú te has quedado paralizado ante un agujero negro sin fin, giras la cabeza en todas las direcciones para comprobar  que el Sol  tampoco está. Uno de los pies ha hecho rodar hacía la inmensidad los cantos más próximos, con ellos la tierra se derrama hasta el mismo precipicio; el sonido se pierde en el vacío .Aún crees estar viviendo un mal sueño, agitas de nuevo la cabeza, pero sigues viendo con mayor precisión la negra boca agrandándose ante las incrédulas pupilas de tus ojos, de tu alma e insignificante ser que eres  en la magnitud del escenario.
   Extiendes los brazos y esbozas la sonrisa más bella que se haya dibujado sobre tu rostro, Sin entender que halo te abraza, mueves  lentamente las piernas que te llevan hasta el imperceptible sendero antes oculto. .../

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Nos  paramos para tomar un   " tenteenpie" justo al llegar a la Fuente de la Reina, alli el gorgoteo del agua  con su especial danza contenida por la roca de granito, emite su lamentable quejido ante los oidos sordos de los senderistas, o tal vez mantuviera una larga conversación con los pinos y la fauna escurridiza y ausente. Algún pequeño pajárillo  nos lanzaba su canto, o el graznido de una rapaz surcando el cielo y alejándose sobre la alta cima  cubierta con un corto manto blanco, dejando al descubierto sus brillantes laderas bañadas con la luz del espléndido dia de sol en un invierno tan  peculiar como el que estamos viviendo en este mes de Enero del 2011

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http://www.youtube.com/watch?v=IlFYp1nRoOw

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 El tiempo va tejiendo sus hilos agazapado entre los días y las noches y tras el último instante todo ha cambiado. La estructura de los huesos que componen nuestros cuerpos se le ha desmoronado, sus músculos se han desvanecido dejándolos sin sujeción..  Ella caminaba como antaño por la calle, sus pies dejaron de sostenerla y besó el asfalto, el mismo, que con los altos tacones de los dieciocho años trotaba alegremente saliendo al encuentro de sus amigos. Un manojo de delirios siguen yendo a la gran capital y comprar el aromático café que no venden en su barrio. Nuevamente ha vuelto a desparramarse sobre el suelo; siendo mayor se ha convertido en  una lastimosa anciana y por doquier quiere toda la atención para sí haciendo rehuir a los más cercanos. Más  aún prevalece la soberbia contenida que quedó por siempre presa en su propia telaraña.  .../...

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