SENDERISTACONCOMPACTAYLAPIZ

          Con la mochila llena de sensaciones, nostalgias e imágenes de cuantos me han acompañado en el trayecto hasta regresar a casa, agradeciendo a cada uno, las pequeñas o grandes huellas dejadas en este caminar, donde los cardos secos traspasaron el calzado de verano, los cantos rodaron entre los dedos y el polvo tiñó de gris la piel tostada por el Sol.  Al final del trayecto,  la fuente con agua  potable  sacia la sed de los caminantes...

En este día, la luz pudiera ser igual a otro, pero no, nunca es igual jamás y mi compacta la ha absorbido tal como yo la vi.

   La danza del tallo con el viento meciendo así  a la colonia de insectos , aferrados sin el menor riesgo de ser arrancados súbitamente, bailan y bailan mientras el silbido sinfónico, marca los pasos del frenético baile.

  El lado dramático de estas fechas, la facilidad con  la que desaparecen hectáreas y hectáreas de monte, bosques, y todos SUS HABITANTES,  ¡!    

   Los frutos para el Otoño, se están preparando y los robles muestran su hemosas bellotas verdes como guirnaldas adornando la estivalidad  en cualquier punto del bosque.

El fluir del tiempo, hace que queden amarrados a las paredes de la más profunda de las cuevas, aquellos sentimientos que vibrantes  hacían saltar las chispas del corazón, tal volcán en plena erupción. La  melancolía tiñe la tarde de  verano  con el canto de  un jilguero  al que escucho tras la ventana , la lluvia cae sin llover.
       Sin remisión, giro la cabeza volviendo la mirada al pasado cercano, del que nada queda  y nada es, tan efímero pasar, Sí, un bello recuerdo, para cuando se  recuerde rescatar, o como un espejismo a la superficie del olvido de nuevo vuelva a reflotar.
  Cuando  el río  se haya secado, entonces me sentaré  ante él y lamentar por qué no bailé entre sus aguas la danza de la vida. ¿Qué fue lo que ha sido, por qué no ha sido lo que fue?....

¿Por qué no soñar despierta?? ?  ¿No os parece '??, después de tanta y tanta porquería de la que ni siquiera se distingue si existe algo un poco limpio alrededor, una,  uno, se puede imaginar caminando confusa entre los destellos brillantes de los transparentes ciudadanos o de los grandes genios que pudieran se distinguidos como  los guardianes de un futuro más constructivo y menos devastador, dando paso a lo esencialmente bello como lo es la Tierra, en toda su plenitud tan maravillosamente plasmada en los grandes documentales con todo su esplendor y su gran drama, a estos oídos sordos y ojos ciegos de tantos y tantos politiquillos, gobernantes, industrias y un sinfín de  bestialidades cometidas por  esta raza  humana  a la que pertenezco, la cual se considera con todo el derecho a estar por encima mismo de la propia  NATURALEZA, olvidándonos precisamente de lo esencial, de lo fuertemente interconexionados que estamos a ella,  sea o no admitido este concepto.

Es un tanto especial percibir todos estos sonidos a través de la ventana desde la que casi puedo abrazar las ramas del roble desde donde los habitantes despiertan con los primeros albores del día.  El sueño es interrumpido por estos intrépidos y fabulosos "vecinos", que arrasan el silencio de la noche con su majestuosa SINFONÍA, entre ellos, las  golondrinas que se agregan desde el alero del edificio. Mientras  el solsticio de  verano proyectaba su entrada dando por finalizada la Primavera retardada.

  Las grullas ya se marcharon  y en la laguna seca, pocos meses atrás, ha recobrado la vida con las copiosas lluvias del invierno y sus nevadas. Allí, donde, apenas quedaba un lecho de agua,  el movimiento de los juncos, delataba al visitante oculto en los fondos , a la vez que los rebaños de cabras, vacas, ovejas, se introducen fastuosas a comer los brotes cercanos a sus riberas bañando sus patas.

  Las imágenes pueden emborracharte, pero solo presta tu atención a los sonidos del no silencio.