Sin lugar a dudas, los largos paseos por los campos, senderos del Forestal, del Sotillo, por las diferentes calles, urbanizaciones, todo el pueblo, son un auténtico descubrir un algo diferente, una luz distinta... sencillamente el viento, siempre , siempre algo especial se abre ante mis ojos, ya sea  en las nubes, el sol, una planta nueva para mí, un animal, un  conocido que curiosamente  saluda afectuosamente y te recuerda años atrás cuando te conoció  con el Bebé...
En este día, la luz pudiera ser igual a otro, pero no, nunca es igual jamás y mi compacta la ha absorbido tal como yo la vi.


   La danza del tallo con el viento meciendo así  a la colonia de insectos , aferrados sin el menor riesgo de ser arrancados súbitamente, bailan y bailan mientras el silbido sinfónico, marca los pasos del frenético baile.
 El verano se desliza sútilmente hacía el Otoño, los días se van recortando por la noche y en las  mañanas, al más ligero guiño, una negra nube se cierne  en plena siesta y nos remonta a la oscuridad del Invierno más oscuro.        

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1 comments to “EL CREPÚSCULO Y EL VIENTO”

  1. que passsssaaaaa juanyyyyyyyyyyyy